domingo, 12 de febrero de 2012

BAILANDO CON LA SONRISA, PARTE 1

Últimamente venía teniendo la costumbre de no piar con demasiado adelanto los acontecimientos, no fuese a ser que se escacharrase alguno de los que prometen ser especiales, novedosos, o simplemente anecdóticos. Pero cometeré una excepción, esta vez tiene toda la pinta de que está todo controlado, creo..

Corre la segunda semana del mes más corto del año y puedo dar la exclusiva, creo que debo hacerlo. Es lo más justo después de haber despotricado sobre ella. Sí, mi archienemiga la soledad, infelicidad, y todas sus primas hermanas que siempre han tenido el cuajo de acompañarla en las múltiples ceremonias a las que se empeñaban en prepararme con los ya clásicos improvistos.

Si tuviese que estamparle un titular: año par, la suerte me sonríe. Aunque más que sonreirme, me atrevería a dejarlo en pequeñas muecas, tímidas aún, de muestras de felicidad que me quiere regalar el ansiado 2012.
Rompe claramente el maleficio, y lo que es peor, termina con el run run de oscurecer cada comienzo de año hasta bien entrada la primavera cuando, casualmente, se dignaba a florecer el susodicho.

Aún no quiero creerme muy bien esto. No soy consciente, pienso. Me da pánico, aunque con cierto morbo, el abismo al que me asomo. ¿Será el paraíso?, pero..¿No tenía un precio llegar a ese lugar?. Si la respuesta es que sí, ni me he coscado de la contraprestación que me ha desembolsado la vida para tocar la puerta de dicho lugar, aunque mejor pensar así, que no testar la idea de que no tenga ni haya pagado coste alguno.

Tienes una sonrisa preciosa, y Febrero también. Eres como si devolvieras el tic-tac a un viejo reloj de pulsera que los años han dejado huérfano de energía, como si le recobraras la vibración sonora a un desgastado transistor que reposa en modo decorativo en el palco de algún estante de casa, como si renaciera con tu saliva con cada beso el cauce del río que hace años maltrató una insípida sequía, o como si tuvieses la intensión de regalarme un puzzle con letras en el que juntos encajáramos la compleja palabra amar..
No me cabe duda. Eres tu.

Tú. El regalo tardío de navidad que promete desenvolverse lentamente hasta que descubra que no eres un sueño, que eres tú, la mismísima y pura realidad. Sin trajes, maquillaje, ni falsas palabras que el viento tiene el antojo de espolvorear. 
La gota que corteja al frío cristal de mi ventana en las lluviosas noches de invierno, y que recorre todos y cada uno de los centímetros de mi cuerpo, reflejada por la luna llena que rellena el marco del ventanal.

A pocos minutos de las seis de la tarde en mitad de una carretera andaluza, una canción te delata; "yo que al amor cerré mi puerta a cal y canto, ha llegao la llave que la abre sin querer..". Yo conduzco. Tu titubeas ante mi cerradura. Ya estoy llegando, aguarda.

Sinceramente, nunca he danzado, pero tu eres el colmo del saber en este sector. A pesar de la blandura y debilidad de tus ropajes, o la flexibilidad con la que se agita tu cintura, yo me agarro. Dejo mi cuerpo en tus manos y que el destino sea quien se atreva a ponerle título a este acontecimiento que, me barrunto, no ha hecho nada más que comenzar. Y que comienzo..
En cada salto, quiero que volemos; en cada giro, quiero que veamos todos y cada uno de los rincones que nos plazca mirar; en cada pirueta, quiero que nos mezclemos como azúcar y chocolate; en cada estiramiento, un alivio mutuo; en cada aplauso, un avance; en cada coreografía, se fundan nuestros cuerpos como queso en la sartén; en cada caída, nuestros brazos.
En cada día de mi vida.. ¿Tú?..

Cada beso, me recuerda que estoy viviendo..
Gracias.

1 comentario:

  1. Me encanta como escribes. Espero que nos permitas deleitarnos mas a menudo con tu lectura. Un beso!

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