Permíntanme que me exprese en jerga periodística, pero pienso que para eso está siendo mi pupila acompañante desde hace más de 4 años. Tengo la exclusiva que desde hace un largo tiempo, muchos, pero sobre todo mi persona, estaba impaciente de que fuese confirmada: El dolor, ha pasado a mejor vida.
Siento como si miles, por no decir millones, de portadas de periódicos de todo el mundo publicasen estas cuatro alegres palabras que contrastan tan bravamente con el verbo de la muerte; pero es la pura realidad, hay que tener lo pies en la tierra para reconocer que en este caso, el verbo morir hace alarde de alegría, festejo, y un largo jolgorio que no acaba nada mas que de comenzar.
Permíntanme también que me sienta entrevistado; son también muchos los oídos, aunque en este caso sean ojos, los que estaban impacientes por conocer mi veredicto, ese que desde hace un alargado tiempo guardo para mi. Ha llegado el momento, ya no puedo callarme, os merecéis, me merezco, saber la nueva buena. Mirad, acabo de publicar otro titular de la misma noticia, ya sabéis que la cosa es de la familia de la positividad.
Los focos me alumbran, la cámara me detecta tímidamente cada movimiento de mi rostro, el micrófono es testigo del momento solapado a mi camisa, y las preguntas, ya huelen a recién hechas; siendo los focos, la pantalla de mi humilde portátil; la cámara, vuestros ojos; el micrófono, mis dedos; y las preguntas, las que mi cabeza ya tiene listas para responder.
Pero me ahorraré el paso de cuestionarme, y salto directamente al precipicio. Ya no hay dolor. He tenido que mirar fijamente a los ojos al terrón de sal que estos años he estado removiendo, sin suerte de diluirlo, en un manantial de aguas dudosas. Disuelto está.
Realmente ha sido más fácil de lo que esperaba; la tortura que se hizo mi amiga durante este tiempo, engordaba muy deprisa, y con kilos totalmente innecesarios en su interior. Ahora, en la despedida, le dije que, a parte de ser una repelente exagerada, me hizo crearme hilos de locura, que a poco no logro llevar a cabo.
Ya vuelvo a respirar, y lo que es más importante, vuelve a latir mi colorada patata. También se ha liberado; tengo que reconocer que le di la enhorabuena a ella primero, es quien más se lo merecía.
Mis sueños ahora son más blancos, mis noches más deseosas, y la oscuridad se ha vuelto clara. También ha abandonado mis sueños; el dolor, en su agonía, intentó arañar todos y cada uno de mis pensamientos en fase de insomnio, pero le vencí; murió él antes.
Ha sido un entierro justo, sencillo, y personal. Me he permitido emperifollarme con colores vivos, alegres, y sin sinónimo al luto; no sentía duelo, la verdad. Lo que realmente sentía mientras el féretro con sus restos pululaba por mi mente, era paz, calma, y libertad.
Ah, por cierto, antes de morir titubeó con la mirada, intentándome volver a confundir. No lo consiguió. Lo que si logró es que viera en su rostro, la prepotencia, chulería y pasotismo que finalmente acabaron con su vida; no lo aguantó, murió sin más.
Con la cruz, hecha de papel de periódico; ya que su material se fundirá hasta su ataúd con el peso de la lluvia, le dije hasta nunca. Bajé la montaña que tantos días me costaba la vida entera subirla, entre risas y con una brisa perfumada de jazmines, sí, mi flor favorita. En mi cabeza cantaban melodías de libertad, tranquilidad y de olvido; no pude evitar tararear algunas, aunque reconozco, que las letras que primero pronunciaron mis labios fueron "..Quien tenga pena que rabie, quien tenga pena que rabie, pa'cuando yo la he tenío, y no le ha importao a nadie", como no, del gran poeta El Barrio.
Me comunican por pinganillo que mi entrevista está cerca de su fin. Yo pienso que lo importante ya está dicho, que las preguntas que tantas ganas había de que soltase respondidas, ya vuelan cual paloma libre. Ya me lo dijo, la que yo bauticé como 'pierna derecha': "Cuando menos te lo esperes, todo este dolor te habrá parecido una enorme tontería de la cual te reirás". Amiga, que razón llevabas, llevas, y llevarás.
Lo siento, me he excedido de tiempo, siempre pasa lo mismo, pero ya saben.. las cámaras me pierden. ¿Últimas palabras sobre el bombazo del año?, por supuesto, aunque prestadas del señor Selu: 'Deseo que to te vaya bonito, que la felicidad sea en persona...(...)..pero que bien te sienta el traje de tristeza, ¡Ahí lo llevas!'
pD: hay funerales de los que nacen alegrías.. :)
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