jueves, 1 de septiembre de 2011

MADRID, EL GRAN DESCUBRIMIENTO

He tardado mucho más de la cuenta, lo se, soy consciente de ello.. pero estas letras merecían ser plasmadas con razones pesadas a las que sostenerse.


Estrenamos mes, el de Septiembre; miro la fecha en mi Smarthphone y resulta que ya ha pasado cerca de dos meses que me instalé por sorpresa en la capital de mi querida España. Soy muy negativo, y aunque a veces intento engañarme con que tengo destellos de positividad, jamás salen a relucir por mis entendederas; pero mira por donde, en unos de mis despuntes de locura, me dio por tentar nuevamente la suerte, y picó.. ya te digo si picó. Madrid, se llama el pez.

Era la primera vez que dormía en ella; un cordobés y andaluz de pura cepa, apeado de un tren con tres maletas y un objetivo; encontrar un hostal previamente reservado desde mi humilde morada. La primera en la frente, la tarjeta bancaria da error. Lo sabía, no iba a aterrizar en los madriles sin tener ninguna anécdota como bienvenida.
Como ya viene siendo habitual en mis peculiares veranos, suelo mudarme a lo 'fugitivo'; con lo puesto y la maleta a cuestas. Nuevamente, como aquella especial estancia en Barcelona, volvía a pisar una tierra lejana a la mía, sin tener hogar en el que acomodarme. Pero lo encontré; orgulloso de ser un vecino más del popular y no menos importante barrio de Salamanca de Madrid.

El metro fue mi primer descubrimiento; yo, que iba con la cateta idea de encontrarme con un autobús a lo 'Córdoba', me choco con un servicio público digno de premios a la puntualidad, comunicación y limpieza, que por cierto, tiene mucho que envidiarle al de la quisquillosa Barcelona.
Fue, y sigue siendo, mi compi de trayectos; él me lleva y trae a mi antojo, me conduce por todas las arterias que sondean Madrid, hasta donde mis antojos manden.

Sol, has iluminado mi alma; jamás tuve la oportunidad de pisarte ni tan siquiera en un friolero 31 de Diciembre, pero prometí ante el famoso reloj, que tengo que perderme entre la muchedumbre alguna que otra nochevieja, es de reconocer que me cautivaste, a pesar de que los 'con techo' de los acampados, deslucieran el centro de la cuadriculada plaza.

Que bonito es pasearse por la calle Preciados y ver a la prensa como trabaja entre los viandantes, es digno de pararse en cada esquina para espiar todas y cada una de las curvas y miradas que regodean sus calles, no me puedo olvidar de la Gran Vía; por un momento pensé que estaba en mi casa sentado viendo una película americana, pero no, estaba paseando frente a mi querido ya barrio de Chueca. Ahora entiendo lo que Madrid esconde, ahora comprendo porque si vienes tienes que volver, ahora compruebo el sabor que te dejan los madrileños, y sobre todo ahora considero muchas opiniones sobre la merecida capital de este flamenco país.

Poco tiempo me dejan los trenes para disfrutar más de ella; cuando no estoy entre vías, ando de cita con mi cama, o de visita a mi también querida y adoptada Málaga. Pienso recuperar cada minuto perdido; muchos son los rincones que se me escapan, aunque me barrunto que este escrito tendrá segunda parte, ya que tengo en mente visitarnos para poder llevarme conmigo a todas partes lo que eternas generaciones han podido disfrutar.

No se me escapan los sabores que mi paladar ha podido catar de algunos rincones de este lugar, las tiendas, las gentes, las costumbres, pero sobre todo, la LIBERTAD; es algo que en una ciudad como Córdoba o Málaga, de las que puedo hablar con total soltura, se ve en pocas ocasiones. En ellas, será por su pequeñez, te sientes vigilado, espiado, reclamado, coartado.. pero Madrid suprime todo eso por tu libre albedrío; viste, anda, y péinate como quieras porque nadie tendrá nada que objetar de ti.

Ahora, a cerca de un mes de mi partida a mis aposentos, veo corto el tiempo; se me hacía eterno aquel Julio cuando deambulaba por las interminables calles de estos lares, pero ahora quisiera quitarle la pila al reloj para aprovecharla, pero no puedo.. y me da pena, a pesar de que mi sentimiento interno también me demande a mis tierras, a mi gente, y a mi vida.

Por eso, confirmo una segunda parte.. seguramente antes de lo que espere..

¡Madrid, que brava eres! :)

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